lunes, 19 de abril de 2010

FALLECIÓ EL PROFESOR MANUEL FERNÁNDEZ ÁLVAREZ

Catapultó la historia de España a los estantes del best-seller. Hasta el extremo de que a menudo le paraban por la calle para hablarle de Juana la Loca o Felipe II. El historiador Manuel Fernández Álvarez (Madrid, 1921), especialista en los siglos XVI y XVII, falleció hoy en Salamanca debido a las complicaciones derivadas de la operación quirúrgica a la que se sometió la semana pasada, informa Efe. Tal vez el secreto de su éxito comercial residía en su precoz devoción por la lectura y en una frustrada vocación literaria. "El novelista que aspiré a ser derivó en un historiador con gusto por narrar bien y por contar los hechos de modo ameno", contaba en una entrevista a EL PAIS hace dos años.

Ya había sufrido un infarto, pero el catedrático mantenía su vitalidad casi intacta. "No puedo estar en el paro", confesaba entonces, poco después de publicar su Pequeña historia de España (Espasa), un volumen dirigido a los adolescentes. El historiador no escondía su satisfacción por el reconocimiento de sus obras. Su éxito fue tardío, pero no póstumo, como ha ocurrido en otros casos. Se vendieron como rosquillas sus biografías sobre Felipe II, Carlos V, Juana la Loca, el duque de Alba y Jovellanos. Gracias a su ensayo sobre Isabel la Católica se descubrió que "montaba más que su marido" y que su fe religiosa no le impedía ser implacable. "Ser reina implicaba a veces repartir una justicia implacable y ella prefería el rigor en las penas a las clemencia", explicaba el historiador en la presentación de su obra sobre la reina española más poderosa de todos los tiempos.

Su conocimiento de los siglos XVI y XVII le llevó también a abordar una ambiciosa obra sobre el autor del Quijote que tituló Cervantes visto por un historiador, donde recorría los escenarios de la novela.

Autor de casi 40 obras, catedrático de Historia Moderna y premio Nacional de Historia en 1985 por La sociedad española en el siglo de Oro, su último libro publicado es España. Biografía de una nación (Espasa), puesto a la venta hace apenas cinco días en el que el ensayista abordaba por vez primera toda la historia de España. Consideraba que la divulgación es una obligación de los historiadores ante la sociedad y que el rigor es un deber frente a los colegas. Y tuvo también alguna incursión donde lo literario se impuso a lo histórico: fue la trilogía Dies Irae, en la que retrató los tiempos convulsos de la Guerra Civil y la posguerra a través de personajes reales que había conocido. Podría decirse que fue el gran hispanista español.

Fuente: El País.

No hay comentarios:

Publicar un comentario